*Fragmento extraído de: Torreblanca, Deleuze y la efectuación chamánica de lo político, 2012, Debates actuales de teoría política contemporánea. http://teoriapoliticacontemporanea.blogspot.com.ar/2012/07/textos-eje-tematico-identidades.html)
En este punto, me gustaría trazar
una línea que podríamos llamar Spinozista, para ello seguiré algunos
comentarios del filósofo brasilero Claudio Ulpiano sobre la articulación
Spinoza-Foucault[1],
que permiten en cierta manera, explicar el giro Foucaultiano hacia la práctica
de producción de la subjetividad en el mundo antiguo. Como señala C.Ulpiano, lo
que buscaba Foucault al dar este giro, era entender como el sujeto emerge en un campo de relaciones de fuerzas (donde la
originalidad de los procesos de producción de la subjetividad entre los
antiguos tiene un interés central), algo también presente en Spinoza.
Es ahí donde se explica
también la familiaridad Foucault-Spinoza-Deleuze[2],
en el interés sobre los modos de producción de vida. Puede verse que no se trata de un acercamiento que busca oponer la época de
opresión cristiana a la mas libertaria de la antigüedad o de entender solamente el surgimiento de los campos de
verdad, sino que este se da en los procesos
de subjetivación considerados en y por si mismos, los que no pueden sino
pensarse en la constante interacción entre campos no claramente delimitables.
En un punto Foucault llegará
a desembocar en lo que él entendió entre
los antiguos como una ética de la inmanencia, la vigilancia y la distancia[3],
hecho que lo llevará luego a plantearse la cuestión, sobre a partir de que tekhnai se formo el sujeto occidental y se iniciaron los juegos de
verdad y error, libertad y coacción que lo caracterizan. Sin duda un radical replanteamiento.
Para Foucault y he aquí más
de su familiaridad con Spinoza y Deleuze, las nuevas luchas pasaban por liberar
al individuo del estado y el tipo de individuación que se asocia a él, antes
que liberarlo de sus instituciones. Lo que implicaba que la apuesta girara en
torno a la urgencia de crear nuevas y distintas formas de subjetividad, tomadas
en la dimensión relacional que había descrito con referencia a los antiguos. Surge
aquí el problema que da paso a la idea que quisiera enlazar para completar esta
intuición, pues como ya lo he mencionado, Foucault afirmaría su decepción sobre
estas formas al estar todavía atrapadas en el juego autoritario, pero dejando
entrever de modo silencioso una mayor
aproximación hacia el pensamiento escéptico, que aunque nunca trato en sus
cursos de modo explicito, refirió indirectamente calificándose a si mismo como
un pensador escéptico[4].
Es cierto que no queda claro
lo que el escepticismo Foucaultiano haya podido significar y que el
acercamiento aquí se muestra un poco forzado, pero no es mi intención hacer una
critica de este punto tan oscuro sino trazar desde ahí una línea que pueda
aportar a la creación de un sujeto político que las circunstancias que he
mencionado hacen parecer urgente.
Si bien puede decirse que en
los escépticos encontramos también los ejercicios y la reflexión propios de la
práctica del cuidado de si, hay que notar que
a diferencia de Platon, los estoicos y el cristianismo monastico, ellos
están consagrados a una aparente práctica de desubjetivación, lo que hace ver
un pequeño índice de aquella especulación sobre su adhesión escéptica. Pero de
otro lado, se mantiene sumamente ambiguo el estado en el que queda el sujeto,
pues da la impresión de que una subjetividad dura termina siendo recuperada al
oponer todas las representaciones, aunque falsas, a una conciencia última que
se mantiene incólume.
[1] Claudio Ulpiano Santos Nogueira,
Aula sobre Spinoza en: http://www.youtube.com/results?search_query=Aula+de+Claudio+Ulpiano+sobre+Spinoza&aq=f, Outono de 1988, Rio de Janeiro.
Puede verse del mismo autor: “O
pensamiento de Deleuze ou a grande aventura do espiríto”, Campinas, SP,
1998. G. Agamben hace también un interesante comentario en relación al giro que
Foucault diera al final de su obra en “The process of the subject in Michel
Foucault” y “The Problem of
subjetivity”, las dos conferencias dictadas en el European Graduate School
en el 2009 (http://www.youtube.com/user/egsvideo?ob=0&feature=results_main).
[2]
Deleuze escribió un libro sobre Foucault (Deleuze, Foucault, Paidos, Barcelona, 1987) y era
muy consciente de esta proximidad: “Acaso
tuvimos también una concepción común de la filosofía. No nos complacíamos en
las abstracciones: el uno, el todo, la razón, el sujeto. Nuestra labor
consistía en analizar estados mixtos, lo que Foucault llamaba “dispositivos”.
Lo que necesitábamos no era establecer puntos sino recorrer y desenmarañar
líneas: una cartografía que comporta un
micro-análisis (Lo que Foucault llamaba micro-física del poder y Guattari
micro-política del deseo). Sólo en estas composiciones pueden encontrarse focos
de unificación, nudos de totalización, procesos de subjetivación siempre
relativos, siempre susceptibles de desanudarse para continuar aun más una línea
móvil. No se trata de buscar los orígenes perdidos o borrados, sino de tomar
las cosas allí donde nacen, en el medio, hender las cosas, hender las
palabras.” Entrevista aparecida en Conversaciones
(1972-1990) Deleuze, Pretextos, Valencia, 1995, pp135ss.
[3]Lo que no significa que
Foucault idealizara a los antiguos, tan es así, que en un momento llego a decir
que toda “la antigüedad le parecía un
profundo error”. Esta afirmación puede explicarse, aunque con una reducción
abusiva, porque aunque en la Grecia
estaba sin duda presente la búsqueda de una ética como estilo de existencia y
no como normatividad moral, esta se mantenía en términos de una afirmación de
superioridad estatuaria permitida solamente a una elite social. Del mismo modo
su rechazo de la filosofía estoica se explicaría al ver que esta en un
momento deviene norma universal o moral
obligatoria, situación que evidencia que lo que se conoce como moral cristiana
estaba prefigurado ya en esta moral antigua.
[4]En “Le retour de la morale”, última entrevista dada por M.
Foucault, realizada G.
Barbedette y A. Scala el 29 de mayo de 1984, la que fue transcrita mientras el
autor estaba hospitalizado y aparecida pocos días después de su muerte
en “Les Nouvelles Littéraires”, Nº 2937, 28 junio-5 de julio de 1984, pp 36-41. En español, M. Foucault,
“El retorno de la Moral” en “Michel Foucault. Estética, Ética y Hermenéutica”, Obras Esenciales-Vol
III,
Ed. Paidós, Barcelona, 1994, p 381.
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